Y la princesa seguía esperando en su reino de fantasía...
Cada día miraba por la ventana para ver si su príncipe azul (ese chico perfecto de todos los cuentos de hadas) aparecía. Esperaba y esperaba... no hacía otra cosa que mirar por la ventana de su habitación.
Ni una visita, ni una carta....nada...
¿Qué pasa? ¿Que el cuento se había invertido sin saberlo y era ella la que tenía que ir a rescatar al príncipe?
Porque si él no aparecía pronto es posible que, sin ser consciente de ello, se olvidara totalmente de él y se fuese con la rana. Total, las ranas también se convierten en príncipes, ¿no? O en su defecto, ella se convertiría en otra rana :)
Umi.