Quiero escapar. Sí, escapar, huir, alejarme...Y no, eso no es de cobardes. Las personas necesitamos escapar de vez en cuando para, al volver, poder luchar con más fuerza. Los fantasmas del pasado me persiguen y yo no puedo escapar. Estoy atada con cadenas a un pesado presente, imposible de moldear a mi antojo. No es que mi vida sea una mierda, es más, vivo mejor de lo que merezco. No me puedo quejar, sería realmente hipócrita. Pero mi mente no piensa lo mismo. Dependo de demasiadas cosas. Económicamente y legalmente de mis padres. Sentimentalmente (por decirlo de alguna manera) de mis amigos, puesto que sólo puedo agarrarme a ellos. Y encima están los estudios...imposibles de dejar en estos momentos, vaya...Pero de verdad lo necesito. Empaquetar lo esencial de mi vida en una maleta, algo de ropa, dinero, recuerdos y alguna que otra foto teñida de gris y lágrimas. Una carta de despedida y un tren a punto de partir. No pensar en nada, no mirar atrás. Avanzar mientras en mis orejas suena mi música favorita y en mi cabeza retumba tu voz. Llegar al aeropuerto y coger el primer avión que salga. No importa donde. Intentar que las lágrimas no caigan, que la mente no piense en nada, que el corazón no lata fuertemente.
Una vez llegado al destino, encontrarse a si mismo, buscar la paz espiritual y todas esas mierdas.
Ale, felicidades. Ya has escapado por unos minutos. Ya puedes volver a esta realidad de mierda.
Anna.
Recuerda que si te vas, yo quiero ir contigo (no en el sentido amoroso). Necesitamos un tiempo para evadirnos y poner nuestros pensamientos en orden. A mi también me vendría bien alejarme un poco de todo. Cuando quieras nos vamos.
ResponderEliminarOye oye... que yo también quería ir eeeeh T__T
ResponderEliminarPero de todos modos tienes que saber que nada está perdido y que todo volverá a su cauce aunque ahora no te lo parezca... aunque ahora no tengas esperanzas.
Japón es buena meta para intentar encontrar la paz, sentados en posición de Loto bajo los melocotoneros y cerezos mientras la brisa acaricia tu cuerpo y la hierba te hace cosquillas bajo los pies oyendo el sonido deslizante de un riachuelo y la rítmica musicalidad del agua de una cascada al caer.
Pero al fin y al cabo luego tienes que volver y enfrentarte a los problemas porque los muy cabrones no se marchan, pero claro... de mientras, tal vez... has encontrado una solución.
Irene.
Japón, si, si, es una buena meta. Lo que no es bueno es el precio xDD
ResponderEliminarClaro que los problemas no se marchan, no es tan fácil. Pero puedes luchar mejor contra ellos, que al fin y al cabo es lo que cuenta: vencerlos. :)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarcreo que todos he mos pensado asi alguna vez en la vida
ResponderEliminar:) saludos y bendiciones